Blog

por Dr. Sergio Anaya

Romanos 8:1 Nos enseña que no hay condenación para aquellos que estamos en Cristo y vivimos conforme al Espíritu y no conforme a la carne. Pero que hace tan complicado que una persona que nace de nuevo pueda vivir libre de la culpa y de la condenación? En este articulo veremos solamente 2 razones que nos impiden muchas veces vivir en libertad de este terrible enemigo.

No entender el perdón de Dios.

Muchas personas piensan que Dios perdona como lo hace el hombre, perdono pero no olvido, o perdono pero llevas una. La realidad Bíblica es que el perdón de Dios no solamente es librarnos de la falta o pecado si no de limpiarnos del efecto de ella en nuestra vida.

1 Juan 1:9. Nos dice que Dios nos perdona y nos limpia, pero muchas personas reciben el perdón de Dios, pero no su limpieza, es decir que el ya no se acuerda mas de lo que hicimos. Los seres humanos cuando somos juzgados exhibimos una sentencia y después de cumplirla quedamos con antecedentes penales, Dios cuando perdona, no genera ningún recuerdo ni sentencia de lo que hicimos cuando nos arrepentimos de todo corazón.

La paternidad de Dios.

Cuando una persona nace de nuevo tienen que comprender que ya no es una criatura de Dios sino un hijo de Dios y por lo tanto entra a ser parte de la familia de Dios.

Efesios 2:19, nos enseña que ahora los que nacemos de nuevo en Cristo somos miembros de la familia de Dios y por lo tanto nos relacionamos con el como hijos, con todos los derechos y obligaciones que esto representa, ya no me acerco a El con miedo o temor por mi pasado o mi condición sino que lo hago libremente por su justificación. Hebreos 4:16 nos instruye a acercarnos a Dios confiadamente y hacerlo con la identidad de hijo y no de criatura, esto nos permite conocerlo en una dimensión de Padre y no solo de Dios y la libertad viene a nuestro corazón en lugar de la condenación.

Leave a Comment

Your email address will not be published.