por Dr. Sergio Anaya

La realidad es que la ropa en el sentido natural siempre ha representado la tendencia de las personas a cambiar, la mayoría de las veces nos vestimos para reflejar una identidad. Lo mismo sucede en el reino de los cielos, las vestiduras son una representación de lo que somos y por lo tanto de lo que representamos.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24.

Despojarnos del viejo hombre conforme a la Palabra de Dios también representa despojarnos de la antigua manera de vivir y de actuar y es como cambiar de vestiduras.

Veamos algunas cosas indispensables por vestir en nuestra nueva naturaleza:

1. JUSTICIA. El nuevo hombre creado conforme a Cristo tiene que estar vestido con la justicia de Dios que representa el orden, y la equidad del Reino de los cielos. La justicia de Dios no es algo que nosotros hayamos ganado sino que Él nos ha impartido por su misericordia. Pero es importante que la llevemos diariamente en nuestra vida y diario caminar. 1 Juan 2:29.
2. SANTIDAD. Esta ropa se refleja en lo exterior pero se gesta en el interior, la santidad surge de un corazón limpiado y purificado por el lavamiento de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo. Es la vestimenta que nos permite ver a Dios diariamente en nuestra vida y ser diferentes a todos los que actúan a nuestro alrededor. Hebreos 12:14.
3. VERDAD. Nuestra vestidura de verdad es una de las características principales de alguien nacido de nuevo en Dios porque es parte de la semilla o simiente que nos diferencia del mundo y del maligno. Sin esta vestidura e identidad corremos el riesgo de caer en el engaño y las mentiras de las tinieblas, perdiendo el rumbo y la dirección de nuestras vidas. Juan 8:44.

Que bendición saber que Dios nos regala una nueva manera de vivir y de vestir para enfrentar todo aquello que diariamente se presenta en nuestra nueva vida en Cristo.